Blanco sobre negro por 2
De la semana que
se fue tomamos dos elementos para el análisis. Hacemos pantalla partida
Nación/Provincia
I La Nación
Cuando Néstor
Kirchner y Cristina Fernández imaginaron el proceso, tal vez lo pensaron igual
o mas de empinado. Un cuesta arriba sin embrague, camión y acoplado y cargado
al tope. Así es, y es lo que pasa cuando la política se hace cargo de su parte
y disputa por su lugar con los tradicionales dueños del país y del mundo, que
son las corporaciones.
La Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), como harto se dijo, fue escrita
por el pueblo.
Se escribió desde
que la dictadura impuso su “ley” de medios. Despacio, debate por debate,
ladrillo por ladrillo. Alfonsín fracasó, Menem la empeoró. Recién en 2004, la
entonces “Coalición por una Radiodifusión Democrática” –hoy …por una
Comunicación Democrática o CCD- llego con los “21 puntos”, un colectivo de
sectores sociales, políticos y de la comunicación con pertenencias diversas
pero con la claridad para ver hacia donde estaban yendo las comunicaciones en
el país (y en el mundo).
Recién en 2009,
con un fuerte debate social a lo largo y ancho del país y con una decisión
clara de quienes conducían el proceso político, se logro la sanción de una Ley
con amplio consenso nacional.
La reserva moral
de las corporaciones –el Poder Judicial- , especialmente cuando el pueblo
avanza, se encargó de limitar su vigencia, y pugnan –sectores judiciales y
corporaciones- por cortarle las alas. El 10 de octubre se cumplen 4 años de su
(no) vigencia en forma plena.
(Néstor y
Cristina habían anotado el resultado electoral de 2009. Y varias de las
decisiones mas importantes del último quinquenio se tomaron luego de “escuchar
al pueblo en las urnas”. Es bueno que quienes salen a criticar las decisiones
que se toman luego de las elecciones reflexionen sobre el alto contenido
democrático de éstas, sino ¿para que votamos?. Y me refiero a decisiones, no
efectismo, algo que se debe tener en cuenta cuando leemos mas abajo el punto II)
La CSJN en el centro de la escena
El máximo órgano
judicial del país tiene la pelota. La pisa, la amasa, pero no decide su juego
¿o ya está decidido?
La convocatoria
a Audiencia Pública, bastante parecida a una maniobra dilatoria, en realidad
terminó siendo un buen resumen para los sectores populares. La Corte salió del proceso indemne, y me
animo a decir que la audiencia le permitió capitalizar a favor de una imagen
que comienza a estar desgastada. Desgaste que, paradójicamente, tiene también
su origen en el trámite dilatorio que la propia Corte supo darle a la LSCA.
La visibilidad
de la audiencia y su profundidad ayudó a la Corte, y también a la Ley. Notable,
el principal medio del Grupo Clarín, pareciera que anticipándose a que la mayor
visibilidad del debate lo perjudicaría, no puso el tema en tapa en toda la
semana. Haciendo como que la noticia no fuera trascendente, como si fuera el
debate de un privado contra otro, como si el tema no tuviera relevancia para
“la gente”. La Nación siguió a pie juntillas la estrategia de su principal
aliado.
Pero como lo
dijo el presidente del CELS, Horacio Verbitsky, “Además de las partes en este expediente, hay un país afuera”
Prendieron la luz
Basta invertir
unas horas de nuestro tiempo escuchando las diferentes posiciones para poder
comprender lo que está en pugna. Aún olvidándonos la historia o simulando ser
un turista extranjero que recién aterriza, esas pocas horas de video nos
permitirían comprender cabalmente lo que se debate.
Para el Grupo
Clarín, la libertad de expresión es equivalente a permitir el libre mercado en
la materia, libre mercadismo es sinónimo de
libertad de opinión en su manual de estilo. Como aquella brutal frase de
su comunicador estrella "¿Quién
carajo va a escuchar la radio de los wichís?", el único grupo que
resistió judicialmente la Ley llama “economías de escala” a multiplicar por 400
(o más) cada tipeo de un cronista. La información como derecho, la diversidad
de la comunicación y el respeto a la plena vigencia de la democracia con la
información como bien esencial se reduce a una ecuación económica.
Para el Estado,
la protección de la “flora y fauna” mediática es clave para garantizar la plena
vigencia de la Constitución. Multiplicidad de voces por encima del negocio, sin
negarlo y sin negar la justa retribución empresarial, pero con reglas para que
los peces grandes no se coman a los peces chicos… y se tomen el agua de la
pecera.
La Plaza
Frente al
Palacio de Tribunales, en Plaza Lavalle, estaban (estábamos) los otros. Los
empecinados defensores de la comunicación como un bien social que aportan con
su presencia e ideas al debate.
Muchos
kirchneristas. Pero muchos que no. Muchos de los que no cayeron en la trampa
polarizante que el grupo que resiste fue tendiendo –desde aquella pantalla partida
que igualaba a Cristina Fernández o al Congreso debatiendo con los sectores que
cortaban rutas presionando por sus agrodivisas-.
Multiplicidad de
actores: artistas, militantes de la cultura, periodistas, trabajadoras y
trabajadores de los medios, cooperativistas, pueblos indígenas, vecinas y
vecinos de a píe y hasta empresarios de la comunicación en serio, multicolores
presencias de un arco que supo interpretar la importancia de lo que se discute.
Igual que el Grupo, que también sabe interpretar lo que se discute aunque es
contra sus intereses.
Notable: cuando
Néstor Piccone –una de las figuras de la CCD y uno de los dos oradores de
cierre de la actividad popular en la Plaza- mencionó uno por uno a los miembros
de la Corte se levantó una fuerte rechifla. El orador pidió silencio y desgranó
algo así como “ésta es la Corte de los Derechos Humanos, nosotros venimos a
pedir por un derecho humano. Le pedimos a la Corte que esté a la altura de su
historia”. Una fuerte ovación corrió por la plaza rompiendo el silencio.
II. La Provincia
Preocupante
acción del Ministro de Gobierno fue denunciada ésta semana por una Jueza de
Faltas.
Ante las
críticas en materia de seguridad que viene recibiendo el Gobierno Provincial se
evidencia cierto nerviosismo. Lo peor que puede pasar en seguridad es buscar decisiones
efectistas, peor aún tomarlas con nervios. Acciones sí, efectismo no.
Parece que esos
nervios hicieron caer en el olvido al Ministro, que no es un político que
recién empieza. Las presiones sobre los jueces no son de buenos gobernantes. Si
cree que corresponde juicio político no corresponde anunciarlo, hay que
hacerlo. Si alguien con poder le anuncia a un par o a alguien con menos poder
que lo ejercerá en su perjuicio, no lo anuncia sino que lo amenaza.
Esto pasó en la
Provincia en la historia reciente. Los dos gobernadores anteriores a Jorge
Capitanich lo hicieron, les fue bastante bien porque controlan una buena parte
del Poder Judicial y un poco mal porque perdieron las elecciones. Pero a la
Provincia le fue muy mal, magullamos y empeoramos las instituciones y las
inutilizamos a sus fines.
La Ley de
Seguridad, flamante legislación que todavía el Gobierno no ha cumplido en
buenas partes, merece ser aplicada. Como también los cambios en políticas
judiciales. Pero la cosa no se resuelve apretando jueces y haciendo la vista
gorda con los que administran el sistema judicial.
Afirmaciones para tener miedo
Además el
Ministro dijo algo para pensar:
"yo
voy a priorizar en primer lugar la seguridad de las personas. Y en segundo
lugar la legalidad que tiene que haber en las detenciones.”
Esa afirmación
es equivalente a decir “El Estado Soy Yo”.
¿Es incompatible
para el Ministro legalidad con seguridad?
¿Será mucho
pedirle al Ministro que garantice la seguridad de los chaqueños en el marco del
respeto a la legalidad? Digo, porque lo diferente es convertirnos al millón de
chaqueños en delincuentes por si acaso y hasta que demostremos lo contrario.
Nota publicada en el Diario Primera Línea del 01-09-2013
La ilustración es un volante que circulaba en el referido acto de Plaza Lavalle