jueves, 26 de mayo de 2011

Llueven las críticas

La visita de Cristina Fernández.

Una mirada desde el espacio kirchnerista, cuando llueven las críticas

(*) Por Daniel San Cristóbal, secretario general del partido Frente Grande, orden nacional

Llueven las críticas de los sectores opositores con la finalidad de limar el impacto de la presencia de Cristina Fernández. Algunas honestas, algunas justas, la mayoría con intereses ajenos a construcciones colectivas como Nación.

La visita de la Presidenta de la Nación al Chaco es un acto de gran relevancia política, social e institucional.

A los ya archiusados y verdaderos argumentos de “la primera vez…”, o “es el gobierno nacional que más apoyó a la Provincia en su historia” debemos agregar otros condimentos.

Las fiestas patrias, en los últimos años se han resignificado. No sólo por imperio de cambios de formato o innovaciones que rescatan a intelectuales o luchadores patrios hundidos en el fondo de la historia, sino porque circulan por las venas de la Patria –el pueblo- sentimientos que nos encuentran, nos reúnen, nos identifican, como (casi) nunca antes.

Muchas de las reformas y políticas que impulsaron –impulsan- Néstor Kirchner y Cristina Fernández despiertan esos sentimientos. Y no es bueno que amplios sectores políticos y sociales no lo comprendan así y se queden afuera de un proceso que no es sólo “K”, o peor aún, que lo comprendan y bombardeen.

Aprender del arzobispo

Estuve en la plaza, no en los palcos, en la plaza. Escuché pacientemente –con frío y mojándome- la homilía de una ceremonia que no comparto y la homilía de un arzobispo con el cual no coincido. Ni siquiera trató en la apertura por su nombre a la Presidenta, aunque sí al Gobernador y si a la Intendenta, a la que le regaló una caricia en la palabra.

La homilía tuvo lineamientos que trataron de traducir un “están buenas algunas medidas, pero ojo que no están en línea con lo que piensa la iglesia. Y ojo con el aborto”.

El arzobispo les da una lección a los que bombardean el estado social actual, apoya políticas que no puede dejar de apoyar, con el sentimiento de que en realidad no benefician al sector dirigencial que representa, pero atiende a que el proceso es social, no “K”.

Presencia diversa

Estuve en la plaza, no en los palcos, en la plaza. Viendo y escuchando a miles de chaqueñas y chaqueños de diversos sectores sociales. No estábamos ahí sólo los militantes, que de por sí podría ser una muestra de pluralismo que ningún sector político puede exhibir. No estaban ahí sólo los que se beneficiaron con obras, empleos o la asignación por hijo. También estaban los que tienen esperanza, los que leen/sienten la historia. Estaban los sectores medios esquivos a muchas de las reformas que impulsaron Néstor y Cristina, los sectores populares que visualizan que algo está cambiando y hay que reforzarlo.

Es probable que esa presencia diversa haya preocupado a quienes en su pesadilla política han llamado bolivariano al acto patrio, un delirio, y se escandalizan con una Presidenta dolorida por la partida de un militante/marido.

También la presencia diversa estuvo en el desfile. Cada vez más el desfile en actos patrios representa la realidad de nuestra Nación y no sólo el despliegue de armas y uniformes con la que crecimos muchos argentinos y argentinas. Nos muestra la música, el arte, las personas. Definitivamente, un acto diferente.

Comprender el momento

Es cierto. Éste proceso político tiene muchas deudas. Y nuestra Provincia es un testimonio viviente de ellas. Pero eso no nos debe llevar a negar la relevancia de los cambios conseguidos merced al cambio que han significado los últimos 8 años para la Nación y la Provincia. El acto patrio, el entusiasmo popular, la participación y el debate deben ser comprendidos en su justa dimensión. Argentinas, Argentinos, Chaqueñas y Chaqueños tenemos cosas de las que nos enorgullecemos, deudas que pagar y cosas para festejar