Los alineamientos hacia 2015, un caso local
La macabra, deportiva y sonriente foto
Scioli/Macri cuando Cristina Fernández se encuentra en posoperatorio es solo
una de los aprontes hacia 2015. Recambios en conducciones partidarias,
reuniones secretas,
convenios públicos, refritos
de pronosticadores eternos del ajuste y fin del modelo, etc, etc, aventuran
debates políticos, y políticas reales y concretas, cuya primer escala electoral
se verá en 2013. Pero la realidad pasa ahora, y todos los debates relacionados
con alineamientos electorales -sencillos, esperables en un sistema
representativo- tienen una historia que condiciona su conformación y tiene un
impacto a partir de ella.
Ayala en conserva
Me centraré en el nuevo alineamiento que opera
entre Aída Ayala -intendenta de Resistencia- y Mauricio Macri, el de mayor impacto local por estos días.
Impacto por su novedad política, por la relevancia del espacio institucional de
la protagonista local y por el efecto que tendrá para las personas de carne y
hueso.
Siempre supimos que Ayala representa ideas de
corte conservador, algunas muestras de ello son su vinculación privilegiada con
las huestes de José Ruiz Palacios -gobernador de la dictadura cívico-militar-,
y su gestión privatista al frente de la ciudad -revalidada en las urnas, por
cierto-.
Primera lección
Pero notable es que esa performance conservadora
la lleve a abandonar -como pareciera- su plataforma de sostén electoral. De
aquí extraigo una primera lección: la crisis de un partido político que
estableció una pragmática construcción de tinte unipersonal que se niega a
abandonar termina consumiéndolo por vía indirecta.
Aquella construcción -el Rozismo- que le permitió
a Ayala encaramarse en el municipio, por sus propias limitaciones no puede
mantenerse en pie con el sustrato político original porque, sencillamente, una
sola persona lo conoce y tiene la habilidad para llevarlo adelante. Pero esa
persona, Rozas, fracasó y su corte de necios no tienen ninguna capacidad para
continuar. El Rozismo así se ha convertido en una gran máquina de impedir: que
su partido tenga vida, que sus intendentes crezcan, ..., que Aída sea
gobernadora (alguna virtud parece que tiene).
Saltando el alambrado, llevándose el tendal
Macri
intenta tener una estructura nacional, una limitación para ser presidenciable.
Ni lerda ni perezosa, Ayala toma carrera para
saltar. Visualizando que su futuro político está atado a un partido nacional sin
futuro -por lo menos en el corto plazo- se recuesta por el necesitado Mauricio.
Se desconoce el tamaño del tendal que se podrá llevar consigo, pero la lista
probable es larga: intendentes, concejales, legisladores provinciales,
dirigentes partidarios, funcionarios actuales de Jorge Capitanich y hasta un
sector del Partido Socialista encabezado por su presidente de Concejo municipal.
(Al momento de redactarse el presente se
difundieron unas declaraciones de Hermes Binner convocando a la UCR. Si son
ciertas esas versiones y don Hermes se apura, Ayala tendría esa alternativa
para evitar el enojo de sus aliados ucereistas)
Naranja más Amarillo. Y Resistencia ¿qué?
Celebro la coincidencia. Al final de cuentas se
trata de un alineamiento coherente.
La pregunta que me hago es ¿que acontecerá en la
política no partidaria, en la gestión?
¿Tendremos una policía municipal sobre la base
del reclutamiento de los peores cuadros de la provincial actual, tal la
Metropolitana? ¿Destruiremos la educación pública con transferencia de recursos
hacia la educación privada? ¿Se organizará algún cuerpo parapolicial para
desalojar a vecinas y vecinos por la fuerza de los espacios públicos? ¿Se establecerá una red de escuchas
telefónicas para dirigentes sociales y políticos?
Creo que todo eso deberá esperar, Ayala deberá
ganar en 2015 para reproducir el modelo Macri en la Provincia, por ahora sería “hacerse
los rulos”.
De todas formas, entiendo que los próximos meses las
visitas de dirigentes PRO se va a profundizar, y comenzarán a visitarnos
funcionarios (gerentes) macristas que traerán sus geniales ideas privatistas
(más que las de Ayala) a nuestro territorio. Esas ideas se convertirán en
políticas de estado ayalistas que requerirán la presencia de consultorías y
empresas macristas que serán jugosamente financiadas por el Gobierno de la
Ciudad y el de Resistencia (o sea, porteños y resistencianos).
Seguramente
no tendremos un gobierno municipal más conservador, pero sí más caro.