sábado, 12 de septiembre de 2009

Don Dario Alessandro

Comparto un correo que recibí de Diego Gomez sobre Don Darío -uno de los fundadores de FORJA- , me saco el sombrero.


Queridos cumpas:
Este sábado 12 se cumplen 10 años de la partida de don Darío Alessandro
Lo conocí de unos setenta años (creo que había nacido en General Pinto hacia 1916). Tenía esa apariencia de los del norte de Italia, ojos claros, sonrisa bien dispuesta y voz ronca. Era muy cordial y hablaba calmo, hasta dándose el tiempo para paladear su infaltable boquilla

A mediados de los años 30, un grupo de jóvenes radicales yrigoyenistas funda FORJA. Entre ellos: Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, Homero Manzi, Luis Dellepiane, Gabriel Del Mazo y Julio Darío Alessandro

En tiempos de confrontar con liberales y conservadores, adscribían a un nacionalismo popular que sintetizaban en: “somos una Argentina colonial, queremos ser una Argentina libre”, devenido luego en cantos y paredes como “patria sí, colonia no”

Una vez me contó que salían tres con un banquito. Llegaban a una plaza, uno se subía al banco y arengaba a la gente, mientras los otros dos gritaban y aplaudían, cual actual secta evangélica

También me dijo que Scalabrini sabía ir a reuniones en La Plata en su moto, a la que debía acondicionar, antes de emprender el regreso, con pinza y alambres. El correntino le llevaba unos 18 años a Darío, por lo que es de suponer el ascendiente que habrá ejercido en su formación política y personal

Scalabrini presenció maravillado el 17 de octubre de 1945, al que definió: “Era el subsuelo de la patria sublevado, era el crecimiento básico de la Nación que asomaba por primera vez en su tosca desnudez original, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción de un terremoto. Eran los hombres que están solos y esperan, que iniciaban sus tareas de reivindicación, el espíritu de la tierra estaba presente como nunca creí verlo”

Con el tiempo fui sabiendo otras cosas de Darío. Supe que fue intendente de Rojas, que condujo un trabajo de edición de un Cancionero de Perón y Evita, que había trabajado en una Caja de Subsidios Familiares. Siempre me costó hilar las variadas facetas de su vida, de las que no presumía

A fines de 1945 los dos campos de la realidad social argentina comienzan la campaña electoral. Pero mientras la Unión Democrática cuenta con los aparatos partidarios de sus componentes, en el campo opuesto no existían partidos ni mecanismos para la contienda

El 24 de Octubre se funda el Partido Laborista en base a los sindicatos. El 29 del mismo mes se produce un desprendimiento de la Unión Cívica Radical que se constituye como U.C.R. (Junta Renovadora) en apoyo a Perón y aporta el vice, Quijano

En ambos se subsume FORJA, que se disuelve el 15 de Noviembre de 1945. El acta expresa: “Declara que el pensamiento y las finalidades perseguidas al crearse están cumplidas al definirse un movimiento popular en condiciones políticas y sociales que son la expresión colectiva de una voluntad nacional…”
La firman Arturo Jauretche, presidente, y Darío Alessandro, secretario de la asamblea

Lo ví a Darío respaldando de cerca a Cafiero en la confrontación con Herminio Iglesias de 1985. Exiliados de la conducción del Partido Justicialista debió acudirse a la estructura formal del Partido Renovador de la Provincia de Buenos Aires -al módico costo de una banca nacional para su administrador- para obtener un sólido triunfo el 3 de noviembre de 1985. Que Darío apuntaló desde el último lugar (35º o 36º) de la lista de diputados

Dijera en su momento Scalabrini: “yo necesitaba integrarme a algo más y salirme de mi individualidad profunda
Con la asunción de Perón, Scalabrini Ortiz luchó incansablemente por la nacionalización de los ferrocarriles, hasta que el 13 de febrero de 1947 vió sus sueños hechos realidad al implementar el gobierno nacional esa histórica medida de la cual él había sido su más entusiasta impulsor

En 1986 se recuperó el Partido Justicialista de la Provincia, y en 1987 se encaró la campaña por la gobernación

Me acuerdo que una tarde, para cerrar las listas, me pidieron una pecera de vidrio en la que trabajaba. La birome recorría las manos de Manolo Torres, Hugo Curto, el Chango Blanco, creo que Pepe Rodríguez y algún otro arcángel de nuestra propia fauna conurbanesca, indiferentes a las inquietudes de un atildado Pierri que giraba alrededor, temeroso de dejar su pecunio y carrera en manos de tamaños socios. Desde la pared los semblanteaba Darío, en su último puesto del afiche del ‘85

Supe colaborar en el armado de los desembarcos de campaña en pueblos y ciudades del interior de la provincia. Quienes acompañaban a Cafiero debían atender encuentros con sectores sociales conforme su perfil

No pasó mucho tiempo antes de que Darío me recriminara desde su ronco vozarrón: “Deje de ubicarme en grupos de jubilados, yo quiero conversar con los jóvenes”

Después del golpe de 1955 Scalabrini Ortiz se encontró en una esquina del centro de Buenos Aires con su amigo Leopoldo Marechal y le dijo: “Hay que empezar a hacer todo de nuevo. Todo otra vez…”

Obtenida la gobernación, vinieron la derrota en la interna presidencial en 1988 -Cafiero pareció augurarla (“estoy preocupado, no veo morochos en mis actos”)- y el encumbramiento de la traición en el gobierno nacional

Para resistir la cual, Darío integró como horizontal patriarca el Grupo de los 8 - que completaban Chacho, Germán, Brunati, el Conde Ramos, Franco Caviglia, Moisés Fontela y Juan Pablo Cafiero- efímero dispositivo de disputa interna y frágil nave insignia de nuestra nueva cruzada

Un par de años después completaba su mandato. No debió cometer Fontela el craso error de tironearlo en su aventura bonaerense menor a un dígito. El maestro ya había aportado toda una vida a las causas nacionales y populares y merecía ser relevado por sus “discípulos”
Su retiro “a cuarteles” primero -aunque seguía aportando sus visitas y consejos, apadrinarnos algún local, prestarse a una charla, responder nuestros llamados con su cavernoso “¿quién es?”- , y el definitivo e injusto de Germán poco después. nos quitaron mucho de cercano ejemplo, convicción y alegría para afrontar, con nuevos actores y propias precariedades, instancias difíciles
Las habrá seguido desde su ganado descanso como una secuencia de balbuceos y logros, cuya culminación no se quedó a esperar. Tal vez mejor
Quise verlo en el San Camilo, de la avenida Angel Gallardo, pero no me dejaron entrar. Me las rebusqué para llegar a sus enfermeras y mandarle una nota, que me dijeron recibió

Es lindo dejar estela. A mi me ha servido la de Darío para encontrar hilos conductores entre ideales, luchas, ejemplos y generaciones. En esta nueva revancha de nuestra vida política que transitamos y a la que aportamos nuestros maduros afanes, su posta, ese listón alto que nos dejaron, debiera tener que ver siempre con lo que somos y hacemos

Aunque seamos tres y un banquito

Gracias Darío

2 comentarios:

Julio César dijo...

Me gustó; sobre todo lo "del Banquito" y lo de Cafiero "en mis actos no veo morochos". Una sintesis de convicción (tres y el banquito) y percepción de indicadores (lo de Cafiero). Don Darío, un hombre de la Causa Popular Democrática y Nacional.

Fernando J. Baez dijo...

Eso está escrito con el corazón.